Publicado por: Aurora García Alcalde


Aurora García Alcalde Seguro que todos vosotros habeis jugado de chavales con puzzles, incluso alguno también ahora de mayores , no?

Dependiendo de la dificultad, nos podíamos pasar horas y horas intentando ancajar todas las piezas para que al final pudiéramos ver el dibujo que se escondía detrás. Pero llegaba un dìa en que ya lo habíamos hecho tantas veces, que conocíamos exactamente la colocación de cada pieza y perdía el sentido seguir gastando tiempo con él. ¡Margníficos recuerdos!

Pensaba ayer en la similitud que tiene el desarrollo de la persona con un puzzle. Cuando nacemos tenemos todo por crear y a lo largo de la vida vamos aprendiendo e incorporando todas las piezas que poco a poco van construyendo nuestra identidad.

No es fácil la elección de esas piezas, y aunque los padres tratan de influir en esa selección, a veces se les escapa de las manos, y sin saber por qué ven cómo sus hijos viviendo bajo el mismo techo y con la misma educación van tomando decisiones diferentes ante lo que quieren que forme parte de su vida, lo que para ellos es más importante .

Al igual que hacíamos cuando jugábamos con los puzzles, dejamos de preocuparnos de elegir más piezas cuando ya nos vemos completos y aceptamos ser como somos, con lo bueno y lo malo, con todas las piezas elegidas a lo largo de nuestra vida. Convirtiéndonos nosotros mismos en el propio puzzle.

A diferencia de un puzzle normal, NUESTRO PUZZLE no es estàtico, debe estar en contìnua evoluciòn para poder adaptarse a todos los cambios que la vida nos presenta. Es por eso que algunaz veces nos empezamos a encontrar extraños con nosotros mismos, algo está pasando y no sabemos qué. Es el momento de volver a encajar las piezas, porque el paso del tiempo ha hecho que no junten igual, o quizás sea alguna pieza que de repente nos falta.

Revisando todas las piezas, seguro que hay que repasar muchas de ellas para que unan bien: algunas, hay que limarlas, otras hay que pegarlas porque se han roto, y otras hay que pintarlas porque perdieron el color con el paso del tiempo. A diferencia de los puzzles con los que jugábamos, en nuestro puzzle incluso las piezas pueden ser sustituidas por otras, transformando así nuestro dibujo inicial por otros diferentes.Aurora García Alcalde

Así es el desarrollo del ser humano, en contínua evolución para adaptarse a los nuevos tiempos. El conjunto de nuestras creencias, pensamientos y valores no puede ser estático, y a lo largo de nuestra vida estos principios que en su día rigieron en nosotros como la verdad más absoluta, van transformándose .El "YO SOY ASÍ", no es para siempre.

Ese encaje de piezas cobra especial importancia cuando vivimos un momento de cambios, externos o internos, que nos lleva a revisar en profundidad todas las piezas que hasta ahora formaban parte de nuestra vida, para adaptarlas a una nueva situación. Esa ITV de nuestro puzzle es un buen ejercicio para mantener siempre nítida la foto de nuestro YO en cada momento .

Y TÚ, ¿ CUÁNTO TIEMPO HACE QUE NO REVISAS TU PUZZLE?